Esta próxima  exposición integrará unas 45 obras producidas básicamente en dos momentos de mi trabajo artístico. De este conjunto, la mitad  son acuarelas que desde hace varios años han venido recorriendo Australia y varios países europeos. El resto son  óleos pintados sobre  lienzo y cáñamo (o arpillera).

Las acuarelas y acrílicos  sobre cartulina fueron realizados en la década de los 90s, mientras que los  óleos han sido creados básicamente en estos últimos  tres años. Estos dos momentos en mi creación dan lugar a un juego de relaciones: por un lado, en las acuarelas  se percibe  lo transparente y etéreo mientras que, por el otro, se advierte  lo denso, consistente y texturado, como algo que es propio del espíritu del pigmento y del tejido del  cáñamo. En pocas palabras, las dos series guardan sus características propias, aunque, en los trabajos últimos,  haya elementos que tiendan a traslaparse.

A manera de conclusión, me atrevería a afirmar que, en esta mezcla de obras de las dos secuencias, el público sí podrá darse cuenta de los cambios acaecidos  en mi pintura, en este periodo de tiempo. La idea de exhibir todo este conglomerado es para brindar al espectador una visión  más completa de mi creación plástica, suscitada en  un periodo de 20 años.